Últimamente estuve escuchando mucho el término “red flags” o “banderas rojas” en una relación. Y la verdad es que me gustó y me resultó útil, sobre todo en comparación con las pelotudeces que suelo escuchar sobre la temática amorosa.
¿Qué son las banderas rojas?
Son esos “alertas” que se ven en determinado momento en una relación de pareja que te indican que la persona con la que estás no es exactamente como vos creías que era, o como deseás que sea y lo más complicado de todo es que son alertas de que el futuro puede ser muy poco placentero en el caso de que la relación se prolongue en el tiempo.
Me ha tocado atender casos en los que uno dice “¿Cómo puede ser que se llegó a esto?”
¿Cómo que te estafó? ¿Cómo que te hizo una falsa denuncia por violencia? ¿Cómo que no podés ver a tus hijos?
Y justamente se llegó a situaciones extremas porque no se prestó la debida atención a esas banderas rojas como por podrían ser un golpe, una clara mentira sobre infidelidad, una revoleada de celular contra el piso, un ataque de celos injustificados, acciones que claramente no pueden ser llevadas a cabo por una persona con todos los patitos en fila.
Son varios los motivos por los cuales una persona continúa una relación a pesar de ver claras señales de maldad, mitomanía, psicopatía, violencia, locura, etc. La gente no siempre es como debería ser. La pregunta recurrente “¿Pero cómo puede ser así?” en la mayoría de los casos no tiene respuesta. Y si la tiene no viene al caso. La otra persona es así y punto. La elegimos o no la elegimos. Nos sometemos a situaciones desagradables o no nos sometemos.
La excusa más frecuente para dejar pasar esas alertas es la atracción física.
“Ah….pero ella es hermosa, no voy a encontrar otra igual”
En muchos casos también la atracción sexual. Como si los malos tratos y las humillaciones fueran el precio que hay que pagar por la belleza o el sexo.
Nunca una persona se transforma en un monstruo de la noche a la mañana. Siempre da señales. Y en la enorme mayoría de los casos esas señales empiezan a verse al muy poco tiempo de comenzada una relación, coincidentemente con el momento en que el enamoramiento inicial nos bloquea el cerebro y no nos permite ver esa bandera roja agitándose furiosamente frente a nuestras narices.
¿Esto significa que tenemos que terminar una relación ante la primera desavenencia? Por supuesto que no. Pero una cosa es una discusión normal, porque las personas muchas veces tenemos diferentes puntos de vista sobre algunas cuestiones cotidianas, y otra muy diferente es un insulto, un cachetazo, un celular que te costó mucho dinero reventado contra una pared en un ataque de vaya a saber que cosa, la exigencia de bienes materiales a cambio de “su amor”, los celos generados intencionalmente para generarte dependencia, etc. etc y miles de etcéteras.
He sido testigo de personas que han terminado arruinadas física, emocional y económicamente por parejas psicópatas, trastornadas o ambas cosas. Y cuidado que el término “psicópata” no se refiere solamente a los asesinos seriales de las películas sino también a personas simplemente malas, egoístas, sin un gramo de empatía y que hasta disfrutan de hacer el mal a los demás. Personas que están perfectamente camufladas entre la buena gente y que hasta tienen una imagen impecable ante el resto de las personas.
Una persona hermosa por fuera, pero mala o trastornada por dentro, no es buena inversión a mediano o largo plazo NUNCA.
Si pasas por alto las alertas, las “banderas rojas” durante un noviazgo, más tarde en un matrimonio, convivencia o formando una familia tu vida se puede trasformar en un verdadero infierno.
Por lo que si estás en esa etapa inicial, donde el enamoramiento no te deja ver nada o lo que ves lo pasás por alto con tal de no perder a esa sensual pareja… abrí los ojos y prestale atención a esas “banderas rojas”, porque después va a ser demasiado tarde.