Federico, el día que cumplía años, llamó a su ex novia para recordarle que tenía unas cosas de ella en su casa.

Las cosas estaban allí desde que ellos terminaron 4 meses atrás…

 

Marcelo se encontró con su ex en un boliche. Ella estaba bailando con su grupo de amigas y él notó su presencia cuando ella le golpeó el hombro sin querer…

 

Andrés se quiso morir cuando vio de casualidad, por medio del facebook de un amigo, que su ex novia se había ido de viaje con su nuevo enamorado…

 

Walter pasó manejando por la puerta de la casa de su ex cuando ella justo salía y lo vio. Justo ese día habrían cumplido un año más de novios si ella no lo hubiese dejado.

 

¡Cuantas casualidades!

 

Ahora yo pregunto…¿A quién queremos engañar?

¿A ella? ¿A nosotros mismos? ¿A nuestros amigos?

 

Muchas personas, ya sea por sentido común, por sugerencias de otras personas con más experiencia, por haber leído este blog o por haber leído mis libros, puede que hayan “comprendido” algunas cosas con respeto a cual es el mejor comportamiento a partir de una ruptura, pero parecería que algunas veces la necesidad de contacto o de buscar algún tipo de reacción en la otra persona, nos juega en contra. Y como no queremos traicionar nuestras convicciones de manera directa, “disfrazamos” nuestras acciones para que parezcan “casualidades”.

 

En primer lugar tenemos que tener en cuenta que esa ex que nos dejó, que eligió no seguir a nuestro lado y que hasta muy probablemente esté lo más campante con otro, no es boluda.

Pareciera que sí lo es. Es más, se ha esforzado mucho en demostrarnos que lo es, pero no. De boluda no tiene nada. Por lo tanto es altamente probable que se haya dado cuenta que esa “casualidad” no es otra cosas que un ardid de tu parte para sacarla de ese silencio que te resulta tan molesto.

 

Si estamos a dieta podemos “de casualidad” o “disimuladamente” comernos una grande de Muzzarella, pero será muy difícil engañar a nuestro organismo y mucho menos a la balanza.

 

No nos hagamos trampa jugando al solitario.

 

No olvides que además de perjudicar tu proceso para recuperarla o recuperarte, esas pavadas que hacés van a hacerte sentir mal en el futuro, cuando recordándolas dentro de unos años digas “Que pelotuuuuuuuudo….”

 

VAMO NENEEEE!!!

 

NO OLVIDES QUE SIN DIGNIDAD, NO HAY NADA.

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