Los hombres pensamos que si descubrimos el por qué de un problema vamos a encontrarle la solución.

Eso en algunos casos puede ser correcto y en otros no.

Si el auto nos levanta temperatura porque tiene una manguera pinchada, no nos preguntamos por que se pinchó.  Está pinchada y punto y hay que cambiarla.

¿Por qué dejó de quererme si yo le daba todo?¿Por qué se fijó en otro que no es mejor que yo?
¿Por qué me hizo esto si me decía que me amaba?
¿Por qué, por qué, por qué?

Vamos por partes. En primer lugar, si supieras por que ¿Podrías revertir la situación?

La respuesta es NO.
Porque cuando una mujer te quiere, quiere seguir con vos y existe un problema (lo que sería el “por que”) no tarda ni un segundo en poner ese problema en frente de tus ojos.
Ejemplos:
“Me molesta mucho que sigas siendo amigo de tu exnovia”,
“No me gusta que en 5 años de novio no me hayas presentado a tu familia”
“Detesto que te pongas a llorar porque pierde tu equipo de fúltbol todos los domingos” “Que tengas 38 años y que nunca se te haya dado por trabajar ni estudiar es algo que no me agrada”.

Si ella te dijo que te dejó por algún motivo concreto y ante tu propuesta a cambiar ese motivo ella tampoco acepta reiniciar la relación, entonces te está mintiendo.

Ejemplo: Yo una vez dejé a una novia porque me dijo que se iba a operar las tetas para achicárselas.
A raíz de eso me prometió que no lo haría, entonces volví.
Así de simple.
Si no hubiese vuelto, entonces era porque lo de la operación era una excusa mía y en realidad yo la estaba dejando por otra cosa.
Y de muy poco le valdría a ella preguntarse por que, porque sin dudas la solución a ese por que no estaría a su alcance.

Si vos desconocés ese “por que” es porque la solución tampoco estaba ni está en tus manos.

Por ese motivo no tiene el más mínimo sentido torturarse preguntándose “por que”.

Porque además las respuestas que nosotros podemos encontrar son tan múltiples y variadas como inútiles:
Imaginemos que alguien arroja las llaves de su auto sobre una mesa y les pregunta “¿Por qué las llaves cayeron sobre la mesa?
La respuesta inmediata puede ser: Porque las tiraste.
Sí…ok…pero otra respuesta válida podría ser “Porque ahí había una mesa. Si no habrían caído al piso”
Y otra respuesta podría ser: “Porque tenés auto”. Y…también sería correcta.
Otra: “Porque el 14 de mayo de 1975 naciste. Si no existieras esa llaves no caían ahí”.

Como verán preguntarse por que suele no llevarnos más que a filosofar.

Filosofar es simplemente respondernos preguntas que nos llevarán a hacernos nuevas preguntas. Está buenísimo hacerlo con muchísimos temas, pero en este caso no nos va a llevar a recuperar a nuestra ex ni nos va a acercar a nuestra propia recuperación.

Llueve.
¿Por qué?
Ni idea…llevá un paraguas y punto.

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