Platón, en su alegoría de la caverna, describe la situación que vive un grupo de hombres encadenados en el interior de una cueva creyendo que el mundo se limita a eso que diariamente ven. No conocen  los árboles, ni los lagos, ni el mar, ni el sol. El mundo para ellos son solamente sombras proyectadas en una pared.

Una situación similar viven los hombres que están en pareja con la clásica rompebolas.

La rompebolas es la tipica mina a la que no vas a conformar nunca. Ya tiene la premisa de que sos un boludo, un inútil, un incompetente y que todo lo vas a hacer mal.

 

“Vos no me escuchas”

“A vos no te importa nada”

“No me extraña de vos”

“Vos siempre el mismo”

“No vas a cambiar nunca”

“Salí! Dejame a mí!”

 

Esas son , en el mejor de los casos, sus frases de cabecera.

Cualquier cosa desata un problema, una discusión, una agresión, una “rencilla”.

Según el diccionario, una rencilla es “Cuestión o riña que da lugar a un estado de hostilidad entre dos o más personas”.

Y resalto la palabra “rencilla” porque en esos casos estamos en presencia de lo que en el libro de los proverbios de la Biblia se le llama “La mujer rencillosa”.

La mujer rencillosa de la que hablan los libros sapienciales, no es otra cosa que la rompebolas, rompepelotas, hinchahuevos de la actualidad.

Esa mina que siempre va a tener algo para criticarte, que siempre va a estar molesta, que nunca va a estar conforme con nada.

Esa que parece sentirse como pez en el agua cuando está en una discusión, jodiéndote la paciencia.

Esa que no te puede ver disfrutar tranquilamente de nada, como si hacerlo fuera un pecado, porque en ese momento, en lugar de estar relajado viendo un partido por televisión, deberías estar cambiando el cuerito de una canilla, o los pañales del nene, o lavando los platos, o llevándola al Shopping para cambiar el regalo que le hiciste para su cumpleaños y por supuesto no le gustó.

 

Y esto no es nuevo…la rompehuevez de algunas mujeres es algo milenario, dado que como dijimos aparece claramente en el antiguo testamento de la siguiente forma:

 

Prov. 21:9.-

“Mejor es vivir en un rincón del terrado,

 que con mujer rencillosa en casa espaciosa”.

 

Prov. 21:19.-

“Mejor es morar en tierra desierta,

que con mujer rencillosa e iracunda”.

 

Prov. 21:15-16.-

“Gotera continua en tiempo de lluvia y

la mujer rencillosa son semejantes.

Pretender contenerla es como refrenar el viento

 o sujetar el aceite con la mano derecha”.

 

Y así es…no se puede frenar el viento ni se puede contener el aceite en una mano. Irremediablemente el viento va a seguir soplando y el aceite se nos va a escurrir.

Irremediablemente también la mina rompepelotas va a seguir dejándote los huevos del tamaño de dos naranjas al principio, luego de dos garrafas…y luego de dos globos aerostáticos.

Se puede cambiar a una mujer así.

Sí, por supuesto que se puede.

Se puede cambiar…por otra.

Es la única manera de zafar de una vida de sometimiento triste y desgraciada.

Porque es un mito eso de que “todas las mujeres son así”.

Si todas las mujeres fueran de esa forma, la biblia hablaría de las mujeres en general y no específicamente de las mujeres que son “rencillosas”.

Y justamente por eso comencé este artículo escribiendo sobre la alegoría de la caverna de Platón. Porque hay hombres que creen que “las mujeres son así…que para tener una pareja hay que bancarse esas cosas, que es normal que viva criticándote y con una cara de ojete permanente, que le moleste el fútbol, que deteste a tus amigos, que te tenga prohibido algún que otro asado y que si se te ocurre la increíble y desubicada idea de asistir a uno, luego tengas que compensar con creces la afrenta cometida”.

Creen que es lo natural que su pareja viva erosionándole las pelotas como el mar a las rocas, lenta pero constantemente.

Y saben que? No. No es natural.

Y saben que más? Hay muchas mujeres que no son así.

Y ustedes merecen una buena mujer al lado. Una que se alegre con sus alegrías y los acompañe en sus tristezas. Una mujer que sea una agradable compañía en la vida y no una tortura permanente o una fuente inagotable de reclamos.

Ahora bien, si se ponen de novios con una loca de éstas y como están enamorados soportan todos sus constantes embates de conchudez, después no lloren cuando de casados el infierno les parezca el Caribe.

De una mujer rencillosa hay que escapar.

Y hay que escapar a tiempo.

Hay que tomarse el buque cuando aún no hay compromiso, cuando no hay bienes para dividir y sobre todo cuando no hay hijos.

A todas esas mujeres que están leyendo esto con bronca, con indignación y están esperando terminar de hacerlo para putearme en los comentarios, les recuerdo que dije claramente que no todas las mujeres son así, que hay muchas mujeres con las que podemos ser felices y formar hermosas familias. Así que si están tan enojadas es porque solitas se reconocieron dentro del grupo de las rompepelotas crónicas.

Vamos muchachos. No se resignen. Rajen a tiempo.

Si están empezando una relación con una chica que presente estas características, corran, huyan, escapen.  No esperen que cambie. No va a hacerlo. El rompebolismo está en su esencia y con el correr del tiempo solo puede empeorar.

Como dije en algún otro texto:

“Una relación es para disfrutarla. Si en lugar de disfrutarla se la sufre, no sirve. Hay que terminarla”.

 

Y como le dijo Peter Clemenza a Micheal Corleone en “El Padrino”:

“A Hitler había que pararlo en Munich”

4 Comentarios

  • iñigo

    Hola Fabio. hace unos años necesité leer todas las verdades que escribes para abrirnos los ojos.
    Ahora lo he vuelto a hacer por mi ex novia “toca cojones”. Y sí , tienes razón. No disfrutaba de la relación y los tenía ya como pelotas de fútbol. Ayer la dejé. Gracias a ti y a todos los que te cuentan sus vivencias. así aprendemos todos. Un abrazo

  • Andres

    Y Fabio, que pasa si cuando decides dejarla solo te acuerdas de las cosas buenas y te mueres por volver? Como Haces para olvidarla y cerrar la pagina. Sobre todo si sabes que ella quieres estar contigo pero es una rompebolas. Y de paso, como superar que verla con otro luego, sabiendo que fuiste tu quien la dejo?

  • Andrea

    Fabio! Cuando acabe de leer tu nota me puse una mano en el corazón y luego te aplaudí. Entiendo que es vivir en el infierno y salir de él. Soy mujer, por cierto, y en nada me siento ofendida. Lo mismo aplica para ambos géneros. También he sido mujer rencillosa pero no rompebolas (¿será posible esto?). Me encantaba que el saliera a jugar fútbol, que fuera a tomar unas cervezas. Alla dejan la testosterona y regresan felices. Pero concuerdo: “hay que correr, huir y escapar” mientras se pueda. Aunque seas “buena onda” si estas en el infierno vas a empezar a joder, a joderte y se joden todos. Mejor una vida tranquila. No todos son ni todas somos iguales. Solo no dejes que lo amargo te amargue. (O la amarga, jaja).

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