
En la casa de mis padres había un cuadro de un paisaje. Era un largo camino de tierra con árboles altísimos, bajo un cielo gris como a punto de derrumbarse. El camino era recto y al fondo del camino se divisaba una pequeña silueta de espaldas.
Ayer, mágicamente, me encontré caminando por esa calle arbolada, totalmente desierta, el cielo no se veía escondido tras los árboles. En el aire había olor a lluvia.
El sentimiento era de paz, de nostalgia, de emoción, de intriga… de chico siempre que miraba ese cuadro me preguntaba quien sería esa pequeña persona que se veía casi imperceptible en el fondo, por lo que no quise perder esa irrepetible oportunidad y me fui acercando.
El silencio solo era interrumpido por el ruido de mis pasos y el de las hojas que se movían por el viento presagiando una tormenta.
Luego de un rato de caminata me di cuenta que se trataba de un chico de unos cinco años. Cuando estaba a pocos pasos se dio vuelta y se me quedó mirando sin sorprenderse ni asustarse.
Permanecimos contemplándonos. Haciéndonos dueños del tiempo. Reconociéndonos. Ese chico de cinco años era yo mismo. Yo mismo hace tantos años. Y ahí estaba. En frente mío.
Sin decir nada, como si me hubiese estado esperando, me tomó de la mano y me llevó hasta un tronco caído donde me senté. El hizo lo mismo, pero en la tierra.
-Hola –me dijo tímidamente, mientras jugaba con unas piedritas.
-¿Cómo estás? –le pregunté.
No respondió. Solo siguió eligiendo piedritas.
-¿Sabés quien soy? –le dije
-Sí, claro –me contesto con un gesto que no dejó lugar a dudas.
Sentí que ese mágico momento no duraría para siempre y había que aprovecharlo. Me sentí responsable de muchas de las cosas que a ese nene le pasarían y tuve la necesidad de aliviarle algunas futuras vivencias…y le dije:
-Hola…que lindo encontrarte… no quiero ser molesto, pero…hay algunas cosas que quiero decirte y que sería muy bueno para vos que te las acuerdes…. ¿sabés que?… dentro de muy poco tiempo el tío Mario te va a hacer una bromas que te van a enojar mucho y vas a tener muchas ganas de revolearle un libro. No lo hagas, porque le podés volcar una tetera de agua hirviendo encima y tu papá te va a retar tanto tanto que no te lo vas a olvidar nunca…
…y dentro de unos tres años tu hermano menor se va a agarran un dedo con una puerta de hierro y se lo va a lastimar mucho, y le va a salir mucha sangre…y lo van a tener que llevar al sanatorio de urgencia. Acordate de esto: No fue tu culpa. ¿sabés?…no fue tu culpa aunque tu mamá diga que sí. Lo va a decir solo porque va a estar asustada y nerviosa ¿ok?
-Sí… -me respondió sin mirarme.
-Unos años después de eso tus papás se van a separar…pero va a estar todo bien…al año van a vivir juntos de nuevo y van a ser la misma familia que eran.
El Fabio de cinco años me miraba…jugaba con la tierra y las piedritas…volvía a mirarme…me dejaba hablar…me escuchaba… continué:
-Ah… cuando estés en quinto grado no te pelees con un chico que se llama Daniel, que es dos años más grande que vos, porque te va a lastimar ¿sabés?…y….a ver…ah…sí… a los veinte años vas a conocer a una chica que se llama Marina…rubia, alta, linda…te va a encantar… ok…salí con ella dos veces solas. No…mejor tres o cuatro. Y después decile que no la querés ver nunca más …sí?
No respondió, pero yo sabía que me escuchaba…presentía que se acababa el tiempo…por eso seguí:
-Otra cosa…un día vas a tener un trabajo que no te va a gustar…y te van a pagar poco… no esperes tanto para renunciar…
Fabio dejó las piedritas, levantó la cabeza y me miró fijamente. Su expresión tranquila, inocente, infantil detuvo mi verborragia.
Tras unos segundos de silencio me dijo:
-¿Te gusta ser como sos?
-Sí… -le respondí haciendo una autorreflexión- …sí…me gusta…
Solo me sonrió…
Ahí comprendí.
-Vení, sentate acá –le dije señalando el tronco.
Se levanto y se sentó a mi lado.
-Entonces…¿vos querés ser como yo? –le pregunte.
-Sí –respondió.
Nos quedamos observándonos un ratito…hasta que le dije:
-¿Sabes qué?…yo también quiero que seas como yo…así que… hacé de cuenta que no te dije nada ¿dale?
-No te escuché – me dijo –estaba pensando en las piedritas.
Nos miramos sabiendo que llegaba el momento de la despedida…se levantó y me abrazo. Sobraban las palabras.Sonreímos y se alejó corriendo hasta perderse entre los árboles en el fondo del camino.
Empecé a caminar de regreso… me di vuelta y le grite lo más fuerte que pude “Vamo neneee!!!”… Ojalá eso sí lo haya escuchado.
14 Comentarios
ANTO
Se me pianto un lagrimón .. VAMOO NENEEE
Pablo
Tremendo Fabio… el niño que todos fuimos te agradece
Esteban Rosales
Gran reflexión Fabio, el camino que recorrimos nos enseña a reflexionar y ser más sabios. Saludos desde Ecuador
Esteban Rosales B
Gran reflexión Fabio, el camino que recorrimos nos enseña a reflexionar y ser más sabios. Saludos desde Ecuador
Juan
Grandioso… Me emocioné mucho al leerlo.. muchas gracias Fabio.
Viviana
Simplemente me encantó. No sabía que escribías tan bien. Lo disfruté.
Daniel
Que hermosa reflexion.
Gracias hno.
Aceptemonos
Jorge
Realmente maravilloso hermano. Un abrazo grande.
Alejandro
Vamooooo neneeeee genio
Musitectura
Que hermosa Historia Fabio, muchas gracias por tu trabajo y el aporte que das a todos los “nenes”.
Nicolas
Excelente Fabio!! Me hiciste emocionar! Espero que pronto saques un nuevo libro, que aunque sea difícil de creer a mis 43 años, no sabes lo que me hace falta. Abrazo grande!
sergio guillermo
Me impacto muchísimo el cuento “Mi Mejor Relato”. Muy reflexivo. Es una literatura filosófica que resalta la duda y las ” meas culpas de su propia identidad”. La personal búsqueda de su esencia como individuo para lograr su realización.- Aborda a la conclusión que únicamente se realiza el que llega a ser , lo que en esencia es.-
sergio guillermo
A través de la plástica resulta maravillosa la literatura reflexiva y filosófica, pues se trata de la búsqueda respecto a la identidad personal.- Resalta, el escritor, un relato mediante una voz interior sobre una actitud y visión retrospectiva de su vida, en donde fluyen los arrepentimientos y el reconocimiento de los propios errores. Mediante un Aleph (pintura) trata el autor de reencontrarse consigo mismo creándose un supuesto, ” volver a vivir o a empezar la vida”, con el fin de evitar las crisis que padeció con el devenir de sus años, como también los yerros de su propio camino existencial.
Diego
Lo mejor que leí el día de hoy.