
“Yo no tengo huevos para dejarla”
“Yo sé que no debería volver con ella, pero no tengo el valor para rechazarla”
“Es que soy débil”
“Sé que no debo buscarla, pero no soy lo suficientemente fuerte”.
El “pienso luego existo” de Descartes está fenómeno, pero para cuando ya somos unos huevones con pelos por todos lados y ya hace rato que pensamos. Lo que decía Descartes es que los sentidos pueden engañarnos. Lo que tocamos, vemos u olemos puede no ser real. Lo único que me asegura que existo es que me estoy pensando.
Pero si lo vemos desde un punto de vista temporal, deberíamos decir “existo, luego pienso”.
Parecería una obviedad decir que para pensar primero tenemos que existir, pero no es tan obviedad si nos damos cuenta que en realidad no pensamos hasta bastante tiempo después de nacer, porque para pensar necesitamos manejar algún tipo del lenguaje.
Por lo tanto si ni siquiera pensamos menos aun podemos hablar de “formas de ser”.
Recién una vez que el ser humano comienza a pensar, empieza a interactuar con otros seres de su misma especie moldeando su esencia.
Son nuestros actos los que nos van formando. Nuestra esencia no es previa a nuestro pensamiento ni a los actos que deriven de los mismos, por lo tanto nuestra forma de ser es siempre una elección.
Un hombre no comete actos de imprudencia porque “es” imprudente, sino que un hombre es imprudente “porque” comete actos de imprudencia.
Un tipo no va y se tira en paracaídas porque es valiente, sino que es valiente porque se tira en paracaídas. Si uno de los llamados “cobardes” se arrojara en paracaídas, los de abajo dirían “que valiente”.
¿Qué creen que sintió “el valiente” la primera vez que miró para abajo desde arriba de la avioneta?
Seguramente sintió lo que vulgarmente llamamos “cagazo”. Pero la decisión de arrojarse no la tomó esa primera vez “porque era valiente”, sino que fue valiente porque se arrojó.
A esos que dicen “no tener huevos” seguramente les caerá algo antipático esto que estoy diciendo, porque se sienten a salvo y protegidos diciendo “no puedo lograrlo porque yo soy así” “Yo actúo de esta manera porque lamentablemente es mi forma de ser”.
Error: Vos sos así porque actuás de esa manera. O lo que es peor aún: Vos sos así porque ELEGÍS actuar de esa forma.
Nadie se rebaja por no tener huevos. El que no tiene huevos es porque se rebaja.
Por supuesto más allá de posibles deficiencias congénitas, cada uno somos responsables de nuestra forma de ser.
¿A que conclusión arribamos con todo este análisis existencialista?
Yo creo que arribamos a una excelente noticia:
¡TENER HUEVOS ES UNA DECISIÓN!