Desde chicos escuchamos canciones románticas, muy lindas por cierto, pero que contienen ciertos mensajes que fueron de a poco metiéndose en nuestra cabeza, induciéndonos a creencias y conductas bastante erróneas.

 

Veamos un ejemplo en una de las más conocidas canciones de un popular cantante:

 

“He venido a suplicar 

A pedirte una vez más 
Que me des otra oportunidad
He venido desde allá
A decirte la verdad
Que sin ti ya no puedo volar” 

 

A ver…vamos por partes…

 

“He venido a suplicar”

 

A suplicar dice el chabón.

Ahá…el tipo le “suplica”.

Digamos que le ruega…le pide por favor…¿que cosa?

¿Que vuelva?

¿Que lo quiera?

Ah…..que loco que no me di cuenta antes…claro….si uno le “pide”, le “ruega”, le “suplica” a una mujer que lo quiera…ella se enamorará “a pedido” y vivirán juntos y felices para siempre como supuestamente la cenicienta con el príncipe.
Que lástima que no se me ocurrió suplicarle a Jennifer Aniston.

 

“A pedirte una vez más”

 

Ah…o sea que ya se lo pidió varias veces más pero no logró su cometido.

Me gustaría saber que es lo que lo hace pensar que si se lo pide una cuarta, quinta o vigésima vez, el resultado podría ser otro.

“EL hombre es el único ser que espera obtener resultados diferentes del mismo experimento” Decía Albertito Einstein.

 

“Que me des otra oportunidad”

 

“Oportunidad” dice.

¿Oportunidad?

¿Qué es la mina?

¿Una empresa a la que tendría que demostrarle que es un empleado capacitado para el trabajo?

¿Que somos nosotros?

¿Un nueve de área que no la embocó en los últimos 10 partidos y le pide al técnico jugar un partido más?

 

La palabra “oportunidad” en cualquier frase que tenga que ver con el amor, está más fuera de contexto que cubetera en el horno.

 

“He venido desde allá”

¿Desde dónde?

Bueno…no importa….había que rellenar el verso de alguna forma, no?

 

“A decirte la verdad, que sin ti ya no puedo volar”

 

Pará Superman!!

A una mujer que te dejó le importa tres carajos si podés o no podés volar, si podés o no podés caminar, si podés o no podés defecar.

Es problema tuyo.

Ninguna mujer que eligió dejarte va a volver porque “vos” no podés volar, no podés caminar o no podés cagar.

En todo caso volvería si la que no vuela, no camina o no defeca, es ella.

 

 

Y éste es solo un ejemplo de los miles y miles de mensajes que recibimos sin darnos cuenta pero que en algún punto se nos grabaron en algún lado y puede afectar nuestras creencias o nuestra conducta.

 

“Pueden pasar tres mil años pero nunca te olvidaré”, canta uno.

 

“Vuelve que la vida se me va, nadie ocupará tu lugar”, canta otro.

 

Etc, etc, y mil etcéteras.

Ok, es altamente probable que este no sea el tipo de música que escuchás habitualmente…pero que se escuchan, se escuchan.

 

Sería hora de que alguien le haga un tema a la dignidad, apelando a la inteligencia y al sentido común…

…pero bueno, claro…eso no vende.

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